Autor: Mempo Giardinelli Puede sonar exagerado decir que sólo la lectura salvará a nuestros pueblos, pero estoy convencido de que realmente ningún país tiene destino si su gente no lee. No hay aprendizaje, crecimiento ni desarrollo cultural; no hay mejora educativa posible y no es posible una democracia sólida e igualadora de oportunidades, si los habitantes de esa nación no leen. Por eso leer y hacer leer es el único camino —el único— para recuperar la capacidad de pensamiento y sensibilidad de un pueblo. Y el único camino para ello es hablar bien, porque se lee más cuando mejor se habla y se habla mejor cuando más se lee. Suelo insistir en la necesidad de oponernos a las modas pedagógicas que hicieron del placer de leer un trabajo pesado. Es necesario y urgente despojar a la lectura de ejercitaciones obligatorias y trabajosas porque, más allá de las buenas intenciones que las alientan, en muchos casos sólo entorpecen el simple y grandioso placer de leer. Los que trabajamos por una nueva Pedagogía de la Lectura —esto es la formación maciza y sostenida de lectores competentes, que a su vez sean capaces de formar a otros lectores— sabemos que la multiplicación de los panes de la lectura es maravillosa y que sólo así se forman personas libres e imaginativas, capaces de discutir internamente con los textos porque los leyeron con placer, amor y ganas, y han alcanzado dimensiones superiores en el uso de la lengua. l Escritor y periodista nacido y residente en Resistencia (Chaco). Escribió Luna caliente, Santo Oficio de la memoria y Visitas después de hora, entre otros. |
jueves, 13 de septiembre de 2012
"La lengua de los argentinos: Lectura y oralidad"
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